La maldad no nace de la necesidad, sino de la voluntad. Por muy determinada que esté nuestra conducta, cada acto de maldad depende de. Dios desea que evitemos este tipo de actos pecaminosos que aborrecen y. el pecado produce millones de pensamientos de maldad en los corazones que. Ya que le echan la culpa a otro, (y posiblemente tenga razón) pero ese otro le hecha la culpa a otra persona de sus actos viles. | ||||||
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